Los pensamientos de una mujer agridulce

domingo, diciembre 31, 2006

Lo que mal empieza... ¿bien acaba?

Este año terminó con cualquier situación dramática e intoxicante que haya marcado mi vida y en los últimos meses, me regaló la tranquilidad que tanto había anhelado.

  • Aprendí que mientras sea una victima de las circunstancias, seguiré cegada al cambio y terca a caminar sobre mis propios pasos.

  • Entendí el poder de la mentira para destruir la confianza en una relación y terminar con la fe que alguien deposita sobre mí.

  • Descubrí que lo más anhelado llega de las personas menos pensadas... y bajo las circunstancias más extrañas. Y aún así es lindo.

  • Aprender que la ingenuidad en sobredosis es peligrosa.

  • Me permití darle una segunda oportunidad a las palabras... (pues no todas salen de la misma boca).

  • Logré valorar y agradecer todas las situaciones por las que comunmente me quejo. Hoy realmente puedo observar como la vida se acomoda sin tener que enredar mis manos y mi mente.

  • Dejé que las cosas se movieran y se transformaran, aún con el dolor que esto puede incluir, concluyo que todo fue como debía ser.

El 2006 no fue tan malo como pensé que había sido... bien por mí.

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