Los pensamientos de una mujer agridulce

lunes, octubre 11, 2010

Recuperación

Después de comprender por las malas que la aceptación trae mayores y mejores beneficios que mi negación y terquedad, informo con alegría que mi miseria se desvanece poco a poco y empieza esa etapa que amo tanto después de una crisis amorosa: la toma de decisiones.
Y es que, después de haber llorado tanto llega el momento de volver a sonreír. La vida me ofreció un descanso involuntario, mi salud me exigió un alto y si bien lo renegué, al final terminé enamorándome de ese silencio del que tanto había escapado. En la calma pude escuchar por fin esa fuerza que me hablaba desde mi interior y que yo callaba por miedo.
Mi vida espera, hay cosas por hacer, metas que alcanzar, planes que no dependen de ningún amor más que del amor que yo tengo por mí misma.
Hoy tengo ganas de existir y aunque no niego que sigo cargando esa ausencia, me propongo utilizarla sólo como referencia para lo que algún día buscaré y para lo que alejaré de mi vida. Se ha creado un nuevo estándar que respetaré para que no me vuelvan a faltar las ganas de amar más adelante.

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