Los pensamientos de una mujer agridulce

martes, febrero 27, 2007

Riesgosa espera

Es extraño cómo el ser humano puede pasarse toda la vida deseando algo y no reconocerlo al tenerlo enfrente.
Es extraña esa adicción a la espera... dejando en claro que no se trata de esperar algo en sí, sino la simple necesidad de esperar a para ser feliz.
Nos hemos acostumbrado a condicionar nuestras sensaciones a tal grado, que nos volvemos incapaces de disfrutar una circunstancia si no llega en una envoltura dramática.
A veces las cosas esperadas llegan, sin el anhelado espectáculo de luces de nuestras fantasías... desgraciadamente, estamos entrenados sólo para notarlas en casos extremos y terminan resbalando de nuestras manos.
A veces es bueno dejar de ver más allá y admirar lo que la simple vida nos ofrece... a veces, lo que existe aquí y ahora resulta mejor que nuestros más profundos anhelos al volverse realidad, pues seguimos corriendo el riesgo de no reconocerles y dejarles escapar con rumbo a la inconformidad eterna.

lunes, febrero 19, 2007

Yo me pregunto...

La gente que huele mal... ¿está conciente de que huele mal?

y, lo más importante,

... ¿¿Creen que se molestarían si les regalo un perfumito
??

martes, febrero 13, 2007

Licenciada, por favor...



Así es, queridos lectores y lectoras... su escritora aquí presente se acaba de pseudo graduar, ya pueden llamarme licenciada jaja. (Aunque aún me falte un año para terminar de estudiar letras... ¬¬)
La graduación fue larga y me atrevería a decir que aburrida... pero emocionante al recibir mis papeles y recolectar abrazos, felicitaciones y regalos... Todos nos veíamos super decentes con la toga y el virrete jeje... más días de esos!
Y mi blog ya tiene nuevo diseño... agradecimientos a la señorita Sandra Jordán... lamento no haberte alimentado... ya nos estamos organizando para el "SanDraTón". Te quiero roñosa, porque siempre llegas en el momento adecuado...

lunes, febrero 05, 2007

Verdades...

No cabe duda de que cuando el humano quiere, verdaderamente puede ver más allá de su nariz...

viernes, febrero 02, 2007

Perfección como complemento...

Hay ocasiones en que los seres humanos creemos haber encontrado esa perfección tan idealizada en otra persona y pensamos que acabará con nuestra forma imperfecta.

Inconscientemente acomodamos todos esos detallitos que no encajan en el espacio y les construimos un rincón en el alma para soportar su existencia. Pronto, dejamos de ver esos puntos negros y nos aferramos a la idea de convertirlos en parte de un paraíso inexistente. La lógica queda a un lado y no comprendemos que aquello que no embonó por primera vez no terminara de embonar nunca... de pronto y tristemente, descubrimos que aquella perfección no era tan perfecta... o al menos no lo era para nosotros.

Existe (me gusta creer) aquella perfección que encaja con cada ser humano... no me refiero a una perfección rígida e intangible, sino a aquella perfección que nos permite disfrutar los defectos que desafían los propios y nos motiva a corregirlos.
Pero para encontrarla, es necesario dejar de ver la perfección donde no existe... dejar de crearla en cada momento para que ésta no se obstaculice con la terquedad humana.
Solo así, la perfección del otro llegará a complementar nuestra forma imperfecta de una manera real y sin exigencias fantásticas.