Los pensamientos de una mujer agridulce

martes, mayo 27, 2008

Mercadotecnia inteligente...

Hace una semana, mi querido celular se enfermó y fue llevado de emergencia a la clínica comercial... me dijeron que estaba grave y que para salvar su vida debía ser intervenido urgentemente... sin pensarlo y con un nudo en la gargante lo dejé ir, imaginando que la situación no podría ser tan grave...

Al llegar a mi casa recordé que debía llamarle a una amiga para hacerle una consulta... chan chaaaaaaan.... no tenía teléfono, pero lo más grave es que no me sabía su número! Ok, respire profundo y lo olvidé... Después intenté marcar al trabajo de mi novio pero tampoco me sabía su número... (histeria...)


En la noche, cuando me disponía a dormir, recordé que a falta de celular, tampoco tenía alarma para despertarme por la mañana, así que decidí recurrir a la típica alarma de radio que existe en mi cuarto. Sobra mencionar que me desperté malhumorada por el ruidajo no-melódico de un tiii tiiii tiii repetitivo... En ese momento extrañé mi cancioncita matutina de mis amados Babasónicos...


Sólo bastó un día para que concluyera que la vida sin un artefacto tecnológico llamado celular apesta... falta organización en la vida diara.


La mercadotecnia y las necesidades de nuestra era capitalista se han encargado de que el celular, en vez de ser un lujo (como antes) se haya convertido en algo indispensable para cualquier ser humano. Si se muere el celuar, nos quedamos sin reloj, agenda, calendario, números telefónicos, calculadora y cámara... y claroooo el hecho de estar fuera de alcance para nuestros conocidos nos carcome las entrañas.


Aplaudase el impacto de la mercadotecnia en nuestras vidas...


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viernes, mayo 23, 2008

Decidida a emprender el viaje...


Alguna vez creí haber amado.

Sinceramente pensé haber entendido lo que significaba complementar a otra persona y hacerle compañía durante las buenas y las malas. Entendí, en mi inmadurez, que el amor se trataba sólo de ser feliz y de crear simple felicidad en el otro. Y, cuando el "amor" se "terminaba", podía retirarme argumentando que esa persona no era para mí. Tan sencillo.


Hoy, entiendo que amar no es sólo siempre ser feliz. Entiendo que acompañar no es sólo estar ahí para el otro, sino realmente vivir en el corazón ajeno. Hoy logró comprender que todo lo que aprendí a hacer en el pasado es a querer con todo el egoísmo de la adolescencia, con todas las ganas de correr ante la adversidad y con todas las necesidades que el ser humano puede manifestar. Sin embargo, creo que en toda vida llega siempre un momento decisivo... llega esa persona que hace que cualquier sacrificio valga la pena...


Y así, con miedos, con complejos, con traumas, resistencias y nervios, se abren el corazón y la mente. Poco a poco me convenzo de que ya no puedo resistirme más porque empiezo a sospechar que en un "te quiero" no me cabe todo lo que siento... y tal vez aún estoy muy lejos de la meta pero puedo verme corriendo y muy decidida a saltar...

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viernes, mayo 09, 2008

Sólo lo justo...



Ayer estuve reflexionando acerca de todas esas oportunidades que tenemos para hacer las cosas bien y sin embargo, algo pasa que nos impide reaccionar correctamente ante determinadas situaciones.


Estuve pensando que tal vez esas ganas de evadir lo justo vienen con ese morboso placer de retar un principio de nuestra misma humanidad y está tan de 'moda' ser malo que olvidamos que todos nuestros actos tienen una consecuencia.


Tal vez piensen que soy una exagerada, pero la verdad es y nadie podrá negarlo, que la vida sería mucho más fácil si cada uno de nosotros hicieramos lo justo en nuestros ambientes, no estoy diciendo de más, sólo lo justo, sólo lo que nos corresponde a cada uno.


Si todos hicieramos lo justo no tendríamos que preocuparnos de ser estafados al comprar algo, de ser extorcionados cuando algún accidente sucede, de tener que comprar un graaaan regalo para que nuestra madre nos perdone durante el 10 de Mayo, no tendríamos que pensar en reformas energéticas, ni cadenas perpetuas y sobre todo, podríamos volver a tener un poco de fe en el género humano.


Y tal vez no sea fácil, pero vale la pena hacer el esfuerzo al ver pequeños resultados. La sociedad no está como está sólo porque sí.